
Las joyas de coral son una de las más apreciadas, y está muy arraigada en muchas zonas del planeta por cuestiones culturales. ¿Quién no piensa en la feria, traje de flamenca y sevillanas al escuchar hablar del coral?
El coral está formado por colonias de cientos o miles de individuos formando grandes arrecifes. Se encuentran en aguas tropicales y subtropicales. El coral precioso es una especie que crece en fondos marinos rocosos, generalmente en cavernas profundas y oscuras y han sido recogidos desde la antigüedad para usos decorativos y para defenderse de enemigos y malas influencias, como el mal de ojos.
El coral se emplea en muchas colecciones de joyería para dar forma a collares, anillos, pendientes, pulseras, brazaletes … creando piezas que destacan por su gran belleza y nunca pasan de moda.
El coral rojo es el más popular y es muy apreciado en el mercado. Sin embargo, estas gemas pueden ser de otros colores como el rosa, dorado, azul, negro y blanco, en distintos tonos de oscuridad.
Collar de coral




Pendientes de coral






Cuidados y mantenimiento de las joyas de Coral
El coral es una piedra semipreciosa muy delicada, por lo que hay que tratarla con mucho mimo. Debido a su delicadeza, para limpiar estas joyas, se puede emplear un paño suave húmedo pasándolo por la superficie con mucho cuidado, ya que es una gema muy frágil, al ser porosa y hueca en un 50% de su volumen.
Muchos son los expertos que recomiendan aplicar regularmente sobre estas piezas un baño ligero de aceite de oliva o de almendras con esencia de trementina; y dejarlas en remojo toda la noche. Posteriormente, escurrir y sacarle brillo con un trozo de franela o de piel de ante.
